Año
2008. El presidente del gobierno griego, Kostas Karamanlis, anuncia
la deuda pública del país heleno, valorada en un déficit del 3,4
porciento.
Su
partido político, Nueva Democracia, de ideología centro-derecha, ha
depositado gran parte de su inversión en mercados de ``dudosa´´
rentabilidad, como la compra de armamento y equipamiento bélico
tanto a Francia como a Alemania. ¿Adulación? Se muestran de cara al
extranjero como un país solvente, con un importante peso en el
sector servicios, y miembro consolidado de la Unión Europea. En
Europa nadie sospecha que lo que en realidad sucede allí provocará
una hecatombe en la eurozona.
Y
es que Gracia se dedicó a falsear cuentas de cara a Bruselas,
mediante arquitectura financiera tapó hoyos, bueno, cráteres, y
presentó una deuda pública cuatro veces menor de lo que en realidad
era.
Emitir
deuda en monedas ajenas al euro como el yen, o negociar con mega
bancos de inversión como el Goldman Sachs le bastó al gobierno de
Atenas para que en la Unión nadie se percatara de su trampa. Tras
las elecciones del año 2009 en las que a causa de la crisis Nueva
Democracia obtuvo su peor resultado en unas elecciones al parlamento
griego, el socialista Yorgos Papandreu tomó el relevo como primer
ministro. Poco después, su gobierno denunció el falseamiento de
cuentas del antiguo mandatario y explicó que Nueva Democracia no
sólo se gastó una buena parte de su PIB en negocios inútiles, si
no que Kostas Karamanlis había ocultado que el déficit de deuda
pública ascendía al 12,7 porciento, una cifra alarmante.
Tras
esto, los mercados se le echaron encima. Un partido político había
cambiado la imagen de un país, había echo perder toda la
credibilidad internacional, y había condenado a su pueblo a años de
restricciones, recortes y ajustes que pronto traerían reacción por
parte de la gente. Creció la inestabilidad, las protestas,
manifestaciones, suicidios delante del parlamento…
Una
actuación tan sumamente incompetente debería ser motivo para la
extinción de un partido político.
El
1 de noviembre de 2011 se cesa a la cúpula parlamentaria por temor
a un Golpe de Estado. Además, el 11 de noviembre y tras la petición
fallida del un referéndum sobre la re-financiación de la deuda
griega, dimite Yorgos Papandreu y se pone en su lugar el tecnócrata
Lucas Papademos.
El
domingo 12 de febrero de 2012 se reunió el parlamento griego para
aprobar el enésimo plan de ajuste que supondría un enorme recorte
en los salarios públicos y en las cuentas del Estado para pagar la
enorme deuda contraída. La decisión se tomó bajo una enorme
presión ciudadana y extranjera. La negativa a aplicar el acuerdo
implicaría la salida de Grecia del euro.
En
Grecia
y en Europa sabían de la importancia de que el partido Nueva
Democracia no desapareciese, ya que la oposición era más tajante y
demandaría la salida de los griegos de la U.E, lo que la
desestabilizaría a corto plazo y le haría perder credibilidad en el
panorama mundial.
De
este modo, Nueva Democracia sufrió un lavado de cara. Karamanlis dio
paso a Antonis Samaras. Tras este cambio, el partido lavó su
percepción de cara al público, y logro ganar votos con sus promesas
de ajustes menos severos. Pese a todo, seguía siendo un partido
pro-rescate, lo que le daba credibilidad de cara a la eurozona,
aunque sembraba dudas entre los votantes.
En
un plazo de 3 años, Nueva Democracia pasó de ser uno de los
partidos con peor valoración en Grecia, a formar gobierno de
coalición y volver a tomar las riendas del país.
Claro
está, esto no hubiese sido posible sin el apoyo de la U.E, que hizo
una campaña muy agresiva reforzando la imagen del partido.
Actualmente,
Grecia es un país muy inestable políticamente hablando, pero por
suerte para la economía europea, en las últimas elecciones ganaron
los partidos a favor de permanecer en la Unión Europea. Un resultado
adverso podría haber desencadenado un efecto dominó que hubiera
amenazado seriamente con la desaparición de la moneda única
europea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario